sábado, 29 de septiembre de 2007

Bolitas de zanahoria y coco


He ido al super a comprar las pilas para la cámara de foto. No se como lo hago pero cuando voy a comprar una cosa, siempre acabo atrayéndome 10. Así que cuando tengo que ir a comprar 3 o 4 cosas me hecho a temblar...ya se lo que pasará.
Hoy he caído con el coco. Al verlo se me ha venido a la mente las bolitas de mi infancia.
Cuando era pequeña en un cumpleaños las probé, y mi madre, que mil veces mejor cocinera que yo, pidió la receta y me las hacía a menudo. Mi madre tiene es don de darle a las recetas el punto justo y necesario. Mi hermana y yo aunque nos defendemos en la cocina, no hemos heredado ni un pequeño porcentaje de su talento.
Al comprar el coco también he tenido que comprar las zanahorias.
Y ya que compro zanahorias, pues compro apio y pongo un pucherito, así sucesivamente. No falla.
Como anoche bailé muchísimo hoy me he levantado con ganas de algo dulce. Mi tía Mari Carmen en este momento estará pensando, vamos... si tú siempre tienes ganas de algo dulce, bailes o no bailes. Y es verdad. Pues hoy, más.
Anoche fue una noche diferente.
Yo tengo un ángel. O al menos eso dice él que es. Y yo tengo que creerlo. Medio en broma me dice que está en la tierra solo para hacerme sonreír. Y siempre lo consigue. Así que soy afortunada. Sobre todo teniendo en cuenta que mi ángel mide mas de un metro ochenta y tiene los ojos verdes. Y un corazón lleno de cosas amables. Osea, que cualquiera duda que lo sea.
Mi ángel se llama Paco. Y anoche me llevo a conocer a sus amigos. Casi los conocía a todos de oídas. Me sentí cómoda.
Nunca vi un grupo tan heterogéneo. Distintas edades, distintos intereses y distintas profesiones. Pero todos tenían dos cosas en común. Muchas ganas de disfrutar de la vida y de hacer que el que esté al lado también disfrute. Es una mezcla que nunca había palpado tan de cerca. Desde los 34 hasta los 6o años. Y todos mezclados entre risas y para mi asombro, canciones. Porque en medio del restaurante... se pusieron a cantar. De verás. Lo hicieron. Además como la cosa más normal del mundo. Luego no pudimos ir a la feria claro...llovía. Bueno, vale, llovía antes de entrar al restaurante.
Lola...que jugaré contigo al padel, claro que sí... es que este año no me conformó yo con el cuerpo danone. Quiero el actimel por lo menos...
Jesús, que lo intenté de todas las maneras posibles... a ve si tu me echas una mano, y me da las claves hijo....porque no hay manera...
Piedad y Pepe, os aviso que mis tartas crean adicción, que si queréis correr riesgos, ese cafelito cuando queráis. O una cena y probáis el menú completo.
Paco...gracias. Mil gracias por estar siempre ahí. Sin hacerme preguntas. Aceptando el silencio de mis palabras como una parte inseparable de mi. Por forzarme a hacer cosas que no me apetecen, pero me hacen tanto bien.
Y mira yo. Voy y me como todas las bolitas. Y no te he dejado ni una. Lo sé ...lo sé... ya se lo me vas a decir que no tengo arreglo...
Ingredientes:
La receta original lleva la misma cantidad de zanahorias hervidas, de azúcar y de agua.
Yo he puesto otras cantidades:
300 Gramos de zanahoria
200 gramos de coco rallado
100 de fructosa.
Hervir la zanahoria, y triturar con la ayuda de un tenedor o la thermomix a velocidad 4 unos segundos. Mezclar con la fructosa y el coco. Hacer pequeñas bolitas y luego espolvorear coco rallado para decorar.















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu comentario.
Me encanta saber que estas al otro lado y que me lees...

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails