domingo, 19 de agosto de 2012

Pancake ( tortitas) (otra receta más y un puñado de sonrisas)


Mi afición por estos tortitas  viene de muy lejos en tiempo. Y creo que es genética, porque todo el mundo en mi familia parece tenerla...
He probado infinidad de recetas...pero como estas...ninguna ( mi primo Sergio me mandará un mensaje, siempre dicesss lo mismooooooo cuando descubres una nueva ).
Es una receta que aprendí cuando viví en Londres, y que me traje anotada en una libretilla. La encontré hace unas semanas, y en el mismo instante me trasporte allí, con mis amigos .
Es una historia algo difícil de contar pero me quedo con par de anécdota de aquella época, que seguro que os harán sonreír.
Caí en aquella casa de casualidad, mi primer viaje a Londres, con un grupo de amigos , me llevó a conocer a Martina , la cual, por enredos de la vida, acabé sustituyendo en su trabajo. Dando clases de español.
Allí estaba yo, no sabía ni una palabra de inglés, pero iba a enseñar español, que de eso si sabía... algo...

La primera ya la tuve en el aeropuerto, no encontraba donde recoger las maletas.
Casi a punto de llorar, vi un cartel que ponía...algo que sonó a mi a "reclamación de equipaje " y pensé bueno no está todo perdido, puedo reclamarlas ahí... Y claro justo ahí era la zona donde tenía que recoger mis maletas.
Las vi en una cinta dando vueltas y ...las cogí, pero de repente vi a un señor que cogía una mía. Corriendo con las demás ( no iba a dejar las demás estaba claro)...le dije amablemente al señor en mi español que esa maleta era mía. El señor hizo como que yo no existía, y siguió adelante. Ainsssssss Dios mío...que se llevaba mi maleta. De un manotazo, sacando la sangre española, se la quité. Y justo cuando me doy la vuelta me doy cuenta que el señor tenía razón, era no era la mía, la mía seguía dando vueltas por la cinta... Ni que decir tiene que ya le pongo un lazo enorme de un color brillante a mis maletas cuando viajo....( lo peor es que no se como pude confundirla porque ni se parecían....)
La segunda fue cuando no había nadie en el aeropuerto para recogerme. Y tenían que estar claro. Pues no había nadie. Y enciendo mi movil, no pasa nada...porque tengo el número. Ya. Pero no tenía línea. 
Me siento en un banco a llorar abatida, despeinada por los tirones de la maleta del señor de antes, cargada hasta las cejas y me dije a mi misma que del aeropuerto no salía....allí me quedaba a vivir...
Menos mal que un señor que iba con su hijo pequeño, con el que hice buenas migas en el avión, me vio con la cara que debía tener y se ofreció a prestarme su móvil. Casi abro la maleta y le doy el jamón serrano que llevaba (vale era un sobrecito, pero de valor incalculable en esas tierras).
Cuando me encontraron mis amigos ( no los conocía en aquel entonces), me dio tanta alegría ver a los cinco componentes del grupo que le di un abrazo enorme a todos. Luego con los años, me ha costado muchas bromas  ese recibimiento... pero claro eso me lo dijeron con el tiempo...
Para mí, llegar a mi puesto de trabajo en el metro era una angustia terrible. El primer día me acompañaron, pero el  segundo  día casi me puse de rodillas para no ir sola,se rieron de mi,  no me quedó otra. NO me hicieron mucho caso. Y allí estaba yo, sin una palabra de inglés, viajando de seven sister al centro. Evidentemente me fui hora y media antes, aunque iba a tardar 35 minutos en llegar. Llegué tarde...
Me perdí en la estación del metro. Como te lo cuento. Dentro. NO encontraba la salida. Luego me volví a perder en la calle ( para no perder la costumbre).
Y allí estaba yo, delante de 15 ingleses, mayores de 60 años, enseñándoles español. Mi amigo Víctor la noche anterior me había preparado unas frases que decían algo asi como " en esta clase para aprender español solo vamos a usar español", y fui muy convencida que de todo iba a ir bien.
Cuando terminé la clase, me eché en la mesa y lloré desconsoladamente. El día mas horrible de mi vida de maestra. Los señores no habían movido ni una solo músculo de su cara. Un chico ecuatoriano, de cuyo nombre no quiero acordarme, vino a consolarme ( no quiero acordarme porque luego me robó el monedero, incluyendo el D.N.I que encontré en su cartera, cuando yo se la robé a él, pero esto es otra historia...), y al menos pude tener algo de esperanza de que le segundo día algo sería mejor.
Esa noche al llegar a casa, abatida, echando de menos el aceite de oliva y el pan de pueblo, me esperaba otra gran aventura. No había luz eléctrica. Se había acabado. Y es que se recargaba como con una pequeña tarjeta. Pero no encontramos ninguna tienda que nos lo hiciera. Después de un par de horas de andar por Londres, Victor, sus dos hermanos , sus dos mujeres y yo volvimos a casa. Fue una noche muy especial, seguro porque yo estaba más asustada que otra cosa y eso me hacía estar mas sensible. 
Nos sentamos en la gran alfombra y lo primero que hicimos fue dar fe de la gran cantidad de cosa que funcionan con la electricidad. No podíamos cocinar en la vitro, ni en el micro, ni el horno, no teníamos agua caliente .
Nos contamos nuestra vida, historias, cuentos...tradiciones de los tres países... ( ellos eran ecuatorianos, y Thaís era Venezolana). Casi me acosté cuando teníamos que levantarnos. Nos quedamos dormidos, todos, porque los móviles no tenían batería. Y al único que le perduraba, olvidó poner la alarma. 
El segundo día fue peor que el primero. Mis alumnos me miraban como si yo fuera la señorita Rotenmeyer   de Heidi.  Y me quedaba un mes por delante así que a grande males, grandes recursos. ¿Que es lo que mejor sé hacer? Pues listo, todo preparado para el día siguiente.
Fuimos a un supermercado. Compramos todo lo necesario para preparar las rosquillas de leche  de mi madre. Compramos cartulinas,  lápices y rotuladores, me puse manos a la obra con ayuda de todos. Que en el fondo pensaba que estaba loca, pero vivían mi angustia  y decidieron por amabilidad ayudarme.
Pedí a mis amigos que dibujaran los ingredientes y algunos que no estaban en la receta. Y yo hice rosquillas para medio Londres.  Con mis tuppers y mis cartulinas, me fui dirección a mis clases, de noche todavía, para llegar pronto para prepararlo todo. Por el camino me salieron dos chicos negros, que me miraron raro, pero yo pensé que era por mis cartulinas  y mis rosquillas. Me preguntaron algo, que no entendí...asi que le dije amablemente que no hablaba inglés ( se lo dije en inglés toma ya...). Empecé a mosquearme cuando vi que seguían detrás de mi cada vez más cerca. Los chicos me siguieron hasta que un señor puertoriqueño de dos por dos  ( dos metros de altura por dos metros de alto) los espantó (otra amistad que empezó aquí y que dio muchas historias divertidas que contaré en próximas entradas). Querían robarme... pero como no los entendí.. 
Empezaba bien el día eh...
Llegué a clase y coloqué todos los ingredientes (Las cartulinas) pegados en las paredes. Y pusé las rosquillas en mi mesa, en grandes bandejas de cartón tapadas con papel de alumnio. En cada mesa había puesto una palabra, que correspondia con uno de los dibujos de la pared. 
En inglés escribí en la pizarra "¿puedes encontrarlo?
Una señora con el pelo más lacio que una tabla fue la primera en salir, y coger el aceite de oliva, le di un ticket rojo que ponía la palabra "premio". Al que no tenia premio, le daba un ticket verde, donde ponía oh oh oh lo siento. 
No se como se volvió todo diferente. No recuerdo el momento exacto donde pasé de sufrir a disfrutar, pero fue en el transcurso de esas rosquillas. Nos las comimos todas ( que sí que le dí también a los que no tenían premio).  Todo fue diferente a partir de ahí. Cada día era un juego d y una cartulinas diferentes. Una agencia de viaje, con las provincias de Andalucía, las partes de la casa, las habitaciones de un hotel...todo lo aprendieron así... fue una experiencia bonita.
Uno de los últimos días, ya estaba yo lanzada y quería hablar inglés por los codos. Quería pedir yo la carta, quería preguntar yo por las calles, aunque mis amigos llevaban años viviendo allí y lo hacían mejor que yo. 
Se acercó un chico a preguntarme algo y Victor inmediatamente fue a intervenir, pero le pedí que no lo hiciera, que yo quería aprender. Evidentemente no me enteraba de nada pero movía la cabeza como si lo comprendiera todo. Cuando no pudieron más, muertos de risa, me pegaron un tirón y me separaron de aquel chico que amablemente me intentaba vender alguna droga.  Sin comentarios.
No aprendí mucho inglés, eso es cierto, pero comí más arroz que en toda mi vida junta. En mi vida he hecho tanta paella junta y arroz con leche. 
Una noche, mis amigos me quisieron llevar a bailar.  Cuando llegamos lo primero que me asombró fue que cachearon a mis amigos, por si llevaban armas. Fuimos a bailar a un barco, pequeño donde habría millón y medio de personas. Sino más... porque no cabía un alfiler. En mi vida me había mareado tanto. con las ganas que tenía de bailar acabé vomitando la primera papilla que me comí cuando era un bebé. Que verguenza. Pero lo mejor fue cuando perdí una sandalía y tuve que volver a casa descalza, porque entre tanta gente, tantos pies, no fui capaz de dar con ella. Cada día era una aventura. 
Me quedaba extasiada viendo la gente almorzar por la calle, mientras andaba. No se manchaban...si yo lo hubiese intentado, bueno, seguro que hubiese llegado llena de lamparones.
Otro día fuimos a Oxford, y encontré una tienda de Alicia en el País de las maravillas. Todo era de ese cuento. No quería salir... así que mis amigos se fueron, y me dejaron allí. Cuando quise darme cuenta estaba sola. Sin saber como volver a casa...  casi lloro...cuando escucho las risas de todos escondidos ¡Dentro de una furgoneta¡ Había una furgoneta abierta, y allí se habían metido para reirse de mi...anda que si hubiese venido el dueño...
Toda una aventura... que no puedo olvidar.
El próximo día os contaré como robé mi propio monedero sin que nadie se diera cuenta.

Gracias por leerme...





Esta es la receta que publiqué en el diario Sur esta semana. No suelo ponerla, pero como hay muchos seguidores de vacaciones, que me siguen, y esta mañana tenía muchos correos, pidiéndomela, la coloco aqui.
Es sencillo, se improvisa rápidamente y os aseguro que están buenísimas...

Ingredientes:
1 huevo
125 gramos de harina de repostería
20 gramos de mantequilla fundida
240 ml de buttermilk ( o 120 de leche mezclado con 120 de yogur y una cucharada de limón)
1 cucharada de levadura (pequeña)
20 gramos de azúcar
1/4 de cucharada de bicarbonato sódico
Una pizca de sal
Mezclar en un bol los ingredientes secos ( azúcar, bicarbonato, levadura,sal y harina)
En otro bol mezclar los ingredientes húmedos ( buttermilk, mantequilla fundida y el huevo batido)
Unir ambos con cuidado de no hacer grumos.
Echar una pequeña porción en una sartén antiadherente con mantequilla fundida.
Servir caliente.




13 comentarios:

  1. Me encanta ese pancake!!! tiene buena pinta
    besos!

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  2. Pues yo me he reído con la primera entrega de "aventuras en Londres", aquellos maravillosos años, sin duda alguna :)

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  3. jajaja como me he reido!!!!!!!!! y los pancake seguro que los hago, uummm!!

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  4. No hay mas que ver las fotos para saber que estan deliciosas...me encantan! un besooo

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  5. La receta tiene que estar muy buena, ya nos contaras mas de la histiria de Londres...

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  6. Los pankaque buenisimos!! la historia me rei un monton..Pero jo no tengo previsto viajar a Londres pero aunque tuviese que ir ahora mismo me echaba atras despues de leer esto jejeje..El miedo es libre...Besitos

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  7. A lo que no te atrevas tu!!!!!, eres genial mariló!!!!. Un besito

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  8. Cuanto tiempo sin leerte guapetona !!!! Genial como siempre .

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  9. Cuanto tiempo sin leerte guapetona !!!! Genial como siempre .

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  10. lo que no te pase a ti... que historia, a ver si puedo bajar un dia por malaga para tomar un cañita,un besazo

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  11. madre del amor hermoso!!!!vaya historias para protagonizar una película.
    los pancakes se ven exquisitos, un abrazo

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  12. que buena pinta! yo también prepare ayer unas y también subi foto a mi blog , un saludo.

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  13. gracias por la recetaaaaaa!!!! tiene una pinta que es lo más!!!! las voy a probar mañana a ver que dicen en mi casa!!!
    muchas gracias, y se me van los ojos cada vez que veo tus creaciones!!! que manos! ya me gustaría a mi!!! son auténticas obras de arte!!!!

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Muchas gracias por tu comentario.
Me encanta saber que estas al otro lado y que me lees...

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