Montar tartas de varios pisos, bizcochos adecuados y algunos consejos prácticos.

Cuando viene alguna alumna o clienta y estoy haciendo en el taller una tarta siempre me pregunta ¿Porque no la pones en el blog? La razón de que no suba mis tartas al blog (solo alguna, de vez en cuando) es muy sencillo. No me gusta repetir las tartas que hago. Yo no vendo tartas, es decir no la hago para nadie. Pero tengo muchos primos, tíos , amigos y compañeros de trabajo que me piden que les haga la suya. Evidentemente esas ocasiones son en las que me utilizo para probar técnicas y hacer experimentos. Cuando colgé la tarta de la bella durmiente hice 15 tartas seguidas de la bella durmiente...

No me gusta repetir tartas. En la tarta de la foto, como fue un encargo de última hora para una exposición, le coloque la bruja que estaba preparando para un curso de modelado.

Lo bonito de esto es crear una tarta personalizada. Que le gusta a la persona que va  a recibir la tarta, y que le puedes crear para arrancarle una sonrisa. En la entrada anterior, la tarta que he títulado "comeme enterito", fue una tarta para un cumpleaños muy especial. No tenía tiempo para realizarla, porque el cumpleaños fue en viernes. Y es el peor día para mí, porque no está el domingo en medio para realizarlos.

Os cuento como me organicé. Realicé previamente el bizcocho. Y lo congelé. Yo siempre congelo el bizcocho, aunque lo vaya a consumir al día siguiente. En el congelador se conserva como recien hecho. No se deshidrata, lo que lleva a ir poniéndose duro. Además luego, la miga es más fácil de cortar sin que se deshaga mucho.

La noche antes, hice el bizcocho y monté la nata, que guardé en la nevera. Cuando salí del cole a las dos, me fui para la tienda. Con tan mala suerte (o buena claro está) que llegó un palet de mercancía. Que sufrimiento...Susi en la tienda, sacando las cosas, la tienda llena y yo arriba haciendo la tarta. Tuve que bajar unas quince veces... a ponerme a atender, se me secó el lazo, se me cayeron los brazos un par de veces y todo fue un desastre... pero al final, después de que me doliera cierta parte del cuerpo de tanto subir y bajar escaleras (ya se, ya se que es muy bueno), conseguí algo medio decente.
La tarta era para Rosario, la que se merece todo en este mundo. Es de esas personas con alma de princesa .  Las princesas  son aquellas que no salen en los cuentos, pero que siempre son discretas protagonistas en la vida de los demás. Porque su apoyo invisible te hace sentir segura y su sonrisa y abrazo está siempre preparado. Yo me siento muy orgullosa de ser su amiga. Y ella, cuando vio la fiesta sorpresa que sus amigas le habían preparado tuvo que darse cuenta de cuanto la queremos.

Como resultado de todo, yo no pude ir al cumpleaños. LLevé la tarta y salí corriendo, con toda la pena del mundo, no me dio tiempo a quedarme, porque tenía que limpiar toda la sala para el curso del día siguiente. Y había liado poco...

He aprovechado estas dos fotos, que que no tienen mucha calidad, porque están hechas con el I pad, y que no pensé que iba a colgar, porque quiero hablaros de las tartas de dos pisos.

Tengo muchos correos preguntándome por ella.

Cómo se montan que bizcocho hacer y problemas con ellas...

El primer paso es tener unos moldes adecuados. Hay que tener en cuenta que cada molde tiene que ser inferior en diámetro que el anterior. Si os fijaís bien en la foto de la tarta de los pájaritos, las plantas no están centradas, todo lo contrario. En esta foto se aprecia....

 Están todas puestas como si fuera una escalera. Me gusta mucho hacerlas así, pero necesitamo siempre un buen bizcocho de base. No podemos pretender tener un bizcocho esponjo y suave y que no se nos hunda. En la tarta de Rosario, de la entrada anterior, rellené la tarta con nata y fresas naturales. Y era un bizcocho muy suave. Sabía perfectamente que el peso de la cama me la iba a hundir lígeramente, pero no me importó. Sacrificar un poco la estructura lisa es para mí la opción más conveniente.

Que bizcocho hacer...es siempre un problema...yo os voy a dejar tres, los tres que más me gustan, pero no quiere decir que ninguno de los tres me enamore.

Ninguno de estos tres son recetas mias...son recetas básicas que aparecen en cualquier libro de decoración.

Madeira Sponge cake:

Es el bizcocho más utilizado en decoración de tartas con fondant. Un poco seco, pero nada que no se pueda mejorar con una fina capa de almíbar aplicada con un pincel.

La receta que os doy es para un bizcocho de 23 centimetros:

450 gramos de harina con levadura(en el mercadona la encontraís ya así)

400 gramos de azúcar ( normal, blanca)

400 gramos de mantequilla (no vale margarina)

7 huevos (siempre a temperatura ambiente como la mantequilla)

50 ml de leche (tres cucharadas y media de las de medición)

La elaboración es muy sencilla. Mezclamos el azúcar con la mantequilla, hasta que se haya hecho una crema lisa y de aspecto aterciopelado. Luego añade los huevos uno a uno, sin dejar de batir. Cuando estén perfectamente incorporado añade la leche, también sin dejar de batir. Y por último la harina.

En algunas versiones, los ingredientes se intercambian en orden. Primero añaden la leche, y luego los huevos. Lo importante es que harina vaya al final y que el azúcar vaya mezclada con la mantequilla, para tener lo que en pastelería llamamos un bizcocho por sistema plumcake.

American Sponge Chart
Este bizcocho me lo enseño mi profesora norteamericana Simone. Es un bizcocho que he realizado en ocasiones puntuales, pero tengo que reconocer que la textura me gusta. Su sabor me recuerda mucho a un bizcocho genovés, pero la incorporación de agua en la receta lo hace más elástico.

Os dejo la receta. Es un bizcocho clásico norteamericano que creo que merece la pena probar.

Ingredientes:
Para un molde de 25 cm
375 gramos de mantequilla ( 1 taza y media)
560 gramos de azúcar ( 2 tazas)
655 gramos de harina ( 5 tazas y 1/4 )
30 ml de levadura ( 6 cucharadas de te, de las pequeñas)
375 ml de agua (una taza y media)
Extracto de vainilla 7,5 ml  (una cucharada y media de te)
12 huevos

La realización es igual que la anterior. Mezclar la mantequila con el azúcar y más tarde añadir los huevos uno a uno sin dejar de batir.
Añadir el agua y el extracto y por último la levadura con la harina tamizada, echar en forma de lluvia.

Este es otro bizocho de coción lenta, y debe de estar en el horno como mínimo una hora.
A 170 o 180 grados.


Y por último os dejo uno de chocolate. Este lo aprendí cuando estube estudiando en Inglaterra y es de los pocos bizcochos ingleses que me he quedado. Soporta bien el peso...y sobre todo es jugoso y rico...

Chocalete cake
Para un molde de 25 cm
325 gramos de mantequilla
570 de azúcar
3 cuchariditas de extrato de vainilla
5 huevos
125 gramos de harina con levadura (bizcochona, ya tiene levadura incluida)
350 gramos de harina normal
2 cucharadas y un cuarto de bicarbonato
110 gramos de cacao en polvo
500 ml de buttermilk

Tiempo de coción una hora y media (yo una hora)
Os recuerdo que el buttermilk se hace echando dos vasos de leche ( 250 ml cada uno) y dos cucharadas grandes de vinagre. Esa leche cortada es el buttermilk.
Batir la mantequilla con el azúcar hasta que creme.
Añadir los huevos uno a uno sin dejar de batir.
Mezclar en un recipiente el cacao las harinas y el bicarbonato. Remover bien.
Ahora viene una parte un poco complicada. Hay que ir echando un poco de buttermilk y un poco de la harina. Alternativamente y batiendo. Echo buttermilk, echo harina, y bato. Esto tiene una explicación. Queremos que el vinagre interactue con el bicarbonato, produciendo esas burbujitas que lo van a hacer muy muy esponjoso.
Es otro bizcocho de coción lenta, por lo que tenemos que dejarlo minimo un ahora. A veces lo he tenido como una hora y media.
Es un bizcocho que dura semanas bien tapado en el frigorifico, y que mejora con los días.... si es que te dura...

En el post siguiente voy a dar muchos consejos de como montar las tartas de pisos, para aquellos que teneís problemas.
Tengo tambien que colgar las fotos de nuestros cursos, que ya son muchos... y con una larga lista de espera que llega a mayo.
El otro día vino una chica a la tienda interesándose por ellos. Me dijo " Quiero aprender porque quiero dar cursos yo". Yo creí que la había entendido mal....
Se que son más las personas ahora mismo que están dando cursos, que haciendo tartas, cosa curiosa...
Y desde la casita nunca hemos dicho nada al respecto, egoístamente, porque cuanta más aficción haya,  más vendemos nosotras. Pero ya llega un punto, que se esta haciendo daño a este mundo.
Personas que vienen a la tienda buscando pasta de modelar para cubrir pasteles, o la última barbaridad, una chica quería pastillaje para forrar galletas, que se lo habían enseñado en un curso. Una persona mal formada, es una persona que no sigue en este mundo, se frusta y abandona. No es justo.
Sabemos que esto tiene los días contado porque ya hay algunas acciones legales, muy serias, sobre cursos ilegales en nuestra ciudad. Es evidentemente que hacienda no es tonta, y una vez avisada de que hay dinero en este negocio ( es nuestra pesadilla más cercana), no puede dejar pasar la ilegalidad, que para ellos es perdida de negocio. Y aunque desde la casita dulce, evidentemente no se ha denunciado a nadie, me parece muy bien que esto este ocurriendo. Sobre todo por el bien de este mundo.
A mi no se me ocurriría ir a mi peluquera y decirle, enseñame a cortar el pelo, que se lo voy a cortar a mis amigas. O... a mi médico, enseñeme a pinchar, que voy a poner las vacunas a mis alumnos.
Yo no di un curso hasta que me apunté a uno..(el primero) y me di cuenta que sabía mucho mas que mi profesora. Y llevo 10 años estudiando. Y tengo tres carreras en la enseñanza. Y nunca me siento lo suficientemente preparada. Estudié pastelería (y sigo haciéndolo) porque me sentía una intrusa en esta profesión ( y porque es mi pasión). Por supuesto que tengo que seguir estudiando. Y creo que no voy a parar nunca. Y la experimentación es uno de esos puntos fundamentales de estudio. Pero no el único.
Nosotras, desde la casita, donde tenemos nuestros cursos llenos siempre, no podemos atender a toda la demanda que tenemos, porque nuestros cursos son además de calidad, de grupo reducido. Pero por favor, tened cuidado y que no os tomen el pelo. Enseñar es algo muy serio.  Y que se desprestegie esta enseñanza me duele en el alma, aunque me favorezca el bolsillo.
Una buena profesional de la enseñanza tiene que saber transmitir. Y tiene que tener una trayectoría que la avale, con un trajabo que la respalde.
El otro día me contaban que hay una chica en mi misma ciudad que cobran 340 por un curso. Y tienes que llevar tu el bizcocho y la crema. Y la chica que me lo contaba me preguntaba para que era cada pasta... que pena me dan estas cosas...
También sabemos que hay personas, grandes profesionales, que dan sus cursos en su casa, por no tener medios para hacer otra cosa, y merecen todo nuestro respeto. Pero sino estás en este mundo y no conoces, no es fácil diferenciar ambos caso

Pero en fin...últimamente estoy dandome cuenta que en este mundo tan dulce...hay un transfondo demasiado salado.
Feliz domingo.....





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