Canapes

Es la primera vez en la historia de este blog que no publico algo mío.
Pero creo que se merecen una entrada.

Son los canapes (es) que hizo mi tía Mari Carmen en mi inaguración.
Lo pongo aquí porque seguro a alguien le sirve de inspiración para una fiesta o evento.
Sin duda es la reina de los canapes. Con un pan de molde un poco de queso otro de pavo y poco más te monta una bandeja. Eso si, con una presentación impecable...
Siempre digo que he tenido mucha suerte en mi vida, soy una mujer afortunada. Afortunada por trabajar en lo que me gusta. Y hoy os voy a contar porque también soy afortunada.
Siempre he tenido una suerte increíble con los vecinos.
En el sitio donde vivo, en el sitio donde trabajo... siempre me toca en gente extraordinaria.
En mi casa tengo dos mujeres ( y sus familias claro), Carmen a un lado de la puerta, y a Elena en la otra. Dos mujeres agradables, simpáticas y discretas. Sabes que puedes contar con ellas siempre, pero tienen su lugar y no te invaden el espacio. Te guardan discretamente los secretos que traspasan las paredes ( ya sabes, un bizcocho que se quema...) y siempre que se tropiezan contigo te regalan una sonrisa y unas palabras amables. Son pacientes conmigo y con mi manera de aparcar jajaja hasta la saciedad. Las aprecio muchísimo a las dos.

En la tiendita que estabamos antes, teníamos a Manoli, una señora prodigiosa con sus manos...que es capaz de rehabilitarte hasta el más usuleto de los vestidos. Entre nosotras se creo una amistad, creada a base de pequeños favores que se fueron hilando sin querer. La echamos mucho de menos...
Enfrente de nuestra tienda hay un restaurante precioso, donde comemos con las chicas del curso.
El restaurante ARtis. Otros vecinos que nos cayeron del cielo. Toda su ayuda y apoyo, no se puede pagar con dinero. Y las palabras se quedan cortas para agradecerles... nos guardan las cosas en sus neveras, nos animan en los días díficiles ( cuando algo no llega...o no lo encontramos...) Y sus niñas ( las camareras) nos atienden siempre con un servicio 10. Son una famila encantadora que se merecen el mejor de los triunfos en su negocio. Y no solo por eso, sino porque no he probado restaurante con más platos exquisitos ( solo quizás en el Gaditano pescaito frito y en la Alborada, delicatessen riquisimas..) En vez de nosotras adaptarnos a ellas...ellos han adaptado sus menus y sus horarios a nosotras... Que decir ante eso...
Donde tenemos la tienda, ahora, hay un restaurante chino y una tienda de electronica. Se llama Planeta electronico. Como no sabemos chino, solo nos queda el chico de la electronica.
La primera que ví a Carlos, estaba encima de unas escaleras. Pintando mi pared. Empecé a protestarle, muy seriamente por las pocas medidas de seguridad que tenía en su quejumbrosa escalera. Sus primeras palabras fueron "¿Tú no te ibas ya?.

Aún así su sonrisa al decirmelo, me hizo pensar que de nuevo, habíamos tenido mucha suerte... Y eso y que esta pintando nuestra pared claro. Mi madre y mi tía, no sabía que eran el vecino y criticaron duramente , jajaja, pobres, la manera de pintar del pintor... y el pobre callaito sin decir na...porque claro, el pintor tenía miedo a las alturas y había sido él....Mal empezamos....
Esta semana he tenido que pedirle a Carlos una infinidad de favores. Susana se va de vacaciones, y yo me quedo sola ante el peligro.Me quedo sin cajas...¿Dónde comprará Susana las cajas?. Carlos que inmediatamente sale a nuestra ayuda y nos da cajas para parar un tren.
Horror al día siguiente se me olvida que no tengo bolsas...  El vecino que me da un paquete.
Cada vez que me veía entrar antes de nada me decía ¿Qué te hace falta ahora? Jajajaja.  Cambio, necesito cambio, que me he quedado sin monedas....Que desastre soy.... Y encima me dice que no soy nada pesada ( eso quiere decir que miente estupendamente). Tiene una novia encantadora, que ha entrado de lleno en el mundo de las galletas... Creo que se contagia...
Una mañana, un señor entro a mi tienda. Y me preguntó por fondant. Le enseñé el fondant y me dijo..eso no es fondant. Me di cuenta que quería lo que en Málaga siempre se ha conocido como fondant, un glaseado, el que llevan algunas galletas y donut.
Me contó que se llamaba Emilio  y que había sido maestro confitero. Lo había mandado Carlos, mi vecino...al que quería como un sobrino..
Ese señor empezó a contarnos y Francis, mi tía y yo... estabamos con la boca abierta.
A la hora de la salida, Carlos apareció con un papelillo mu gracioso, ( que quiero publicar cuando el me de permiso... porque hay que verlo...)
En el le había apuntado a Carlos una receta, y por detrás le había hecho un esquema con dibujos de como hacer las galletas. Desde luego arrancó la sonrisa mas sincera del día.
Cómo ya habeís deducido, mi vecino es un hombre generoso y la ha compartido conmigo.

¿Tienes tú suerte con los tuyos? ¿Los valoramos o solo nos quejamos cuando no nos agradan??