viernes, 21 de mayo de 2010
Puding de chocolate y manzana
Después de tanta tarta, un postrecito para aprovechar los trozos de bizcocho que sobran. Y estrenar unos nuevos moldecitos que me han regalado para mi cumpleaños.
Cuando recorto los bizcochos, para dejarlos paralelos, voy congelando esos trocitos, y cuando tengo suficiente hago un puding delicioso.
Es un puding que se hace en muchas casas.
Os dejo mis cantidades, por si os apetece probar uno con un toque distinto.
Para hacer este puding he utilziado.
1 manzana grande pelada y troceada
50 gramos de perlitas de chocolate
150 gramos ( pesados) de leche
3 huevos
200 gramos de bizococho ( magdalena, bizcochitos etc...)
150 gramos de azúcar
150 de leche
Batimos los huevos. Añadimos la leche. Añadimos el azúcar y batimos bien. Echamos la manzana troceada.
Añadimos el bizcocho y mezclamos con el chocolate.
Todo bien mezcladito y al horno.
Lo he tenido 45 minutos a 170 grados.
Pero si no lo veís hecho añadir tiempo, que cada horno es un mundo.
Hace mucho tiempo que no dedico una receta.
Y es la primera vez que se la dedico a un alumno.
Esta semana ha sido diferente para mí.
Me he quedado afónica.
Totalmente.
Cuando uno de mis alumnos lo descubre, le dice a otro riéndose de lo lindo " la seño no tiene voz que guay". Tiene cuatro años recien cumplidos. Llegará lejos...
He tenido la suerte de tener ayuda, porque sino...
Y ha sido divertidísimo.
Preparando un baile con los alumnos de secundaria, pasó algo que quiero compartir con vosotros.
Cuando entré por primera vez en mi colegio, lo hice para una sustitución. A un curso muy complicado.
Para colmo, yo tenía un rol un tanto raro, porque salía en "La banda" de Canal Sur contando cuentos. A los alumnos le descuadraba, no era una profesora, era una cuentacuentos de la tele.
Evidentemente, trabajando en la palmilla, todos y cada uno de nuestros cursos son complicados. Pero este tenía un gran grupo de niños conflictos y dífíciles.
Un viernes, que creo que no olvidaré mientras viva, me dieron la mañana bien dada.
Eran cinco alumnos.
Poner cinco partes de incidencia era para mi algo impensable, pero ... o lo hacía o no tenía autoridad el resto de mi vida como profesora allí.
Así que para asombro de todos los alumnos, puse los cinco partes a ese grupo que intentaban tomarme el pelo.
Y por lo tanto tenían que cumplir una sanción.
Hablé con la directora, que dicho sea de paso es la mujer más increíble de este mundo, y como siempre, me apoyó en mi decisión. No podeís imaginar lo que es trabajar con alguien que te apoya, respeta y encima cuenta contigo.
Pues mi sanción fue un cuento.
Les regalé un cuento.
Con cinco protagonistas. Puse los nombres al revés de los cinco alumnos y resalté sus carácteristicas positivas.
Y en una historia, les hice ver que con la actitud chulesca, con el querer destacar, solo conseguían tapar lo que valían.
Lo leímos y trabajamos. Y lo disfrutamos juntos en un trabajo que para mí fue precioso.
Pero no sirvió de mucho. O al menos eso creía yo.
Han pasado 7 años desde ese cuento.
Esos alumnos, los que han llegado al final del camino se gradúan este año.
Y uno de esos cinco alumnos, el otro día, me sorprendió.
Porque se acercó a mí y me preguntó si recordaba ese cuento que le escribí un día y si podía recuperlo.
Recordaba la historia y los nombres.
Me sorprendí gratamente.
Es un chico especial. Despierto, alegre, inteligente.
He buscado el cuento por todos lados, pero no doy con él.
El otro día bailando con él, fue como volver atrás en el tiempo. Y volver a tener esa complicidad que tuvimos en el breve tiempo que fui su tutora. No hace falta hablar, con solo mirarme sabe que quiero y que me desagrada.
Una complicidad que se creo, seguro, con palabras.
Por eso quiero regalarle éstas. En compesación por haber perdido ese cuento.
Como premio por haber llegado al final. A pesar de todas las dificultades del camino.
Para que recuerde el valor de las palabras, que pueden llegar facilmente al corazón.
Ojalá utilice esa inteligencia para llegar lejos, muy lejos. Con la cabeza muy alta.
Y para que recuerde, que para mí y cada uno de sus profesores, él es importante. Y que siempre podrá contar con nosotros.
Igual que todos y cada uno de sus compañeros, por supuesto.
Porque ellos, mejor que nadie, saben, que esto...no acaba aquí. Que seguimos en el mismo camino.
Con todo mi cariño.
Mariló.
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Sanción y regalo de vida en uno... qué maravilla!
ResponderEliminarQue bien te ha quedado este puding. Tiene que tener un sabor estupendo. Un saludo
ResponderEliminarmmmmmm que cosa más rica! me encanta, la manzana me chifla y así en puding lo cierto es que no la he probado nunca...
ResponderEliminarUn puding bien rico y la historia como siempre entrañable y que hace pensar.... qué suerte contar con profesionales con tanta vocación.
ResponderEliminarUn besito
me gustan tus recetas!!!!
ResponderEliminarmmmmmmmmmmm..deve essere buonissimo!
ResponderEliminarEl pudin, riquísimo, la mezcla de manzana y chocolate deliciosa!
ResponderEliminarLa historia entrañable, es una suerte tener profesores con tu dedicación. Afortunados tus alumnos.
Bsos
pero que delicia¡¡¡ ya lo agendo me encanto lareceta¡¡¡
ResponderEliminarcariños¡
Mariló como siempre encantadora en tus relatos y en tus receta.
ResponderEliminarBesos
jo,.. asi no me puedo poner a dieta ¡eh! besitos bego
ResponderEliminarDE VERDAD QUE ERES ENCANTADORA , NO SE SI TE HE DEJADO ALGUNA VEZ UN MENSAJE O CREO QUE TE LO HE DEJADO POR EL CORREO .....QUE HISTORIA TAN BONITA Y GRATIFICANTE....
ResponderEliminarERES UN SOL , GRACIAS POR ILUMINARNOS A TODOS.....
Mmnn que buena pinta,me lo apunto en pendientes de hacer,gracias
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