Mini tartas fondant

Estos pastelillo se los he hecho a mi médico.
Yo no tengo un médico cualquiera, evidentemente tengo al mejor médico del mundo.
Y podeís pensar, que todo el mundo piensa eso del suyo. Pues yo lo lo tengo clarísimo .
Tiene ya en este blog una entrada, pero como no la encuentra ( porque sí es un buen médico, pero pa internet...) voy a escribirle aquí.
Conocí a Antonio cuando empecé a estudir Educadora de disminuidos Psiquicos.
Era mi profesor de fisioterapia. Y me no empezamos con buen pie.
Todos mis compañeros venían de sanitaria y yo...no. Y no me enteraba de nada. Y a él no parecía importarle.

A mí me sacaba de mis casillas, porque preguntaba y preguntaba y nunca me aclaraba las dudas. Y además era tan diplomático al contestarme, que me dejaba helada.
La clase era una consulta médica. Todo el mundo iba a consultarle sus dolores. Y yo... que en aquelo momento lo único que quería era aprender y sacar un diez...me desesperaba. Con el tiempo, cuando me hice maestra, aprendí que la conexión que tenía Antonio con sus alumnos era parte de su forma de enseñar.
Nuestra etapa de profesor alumna pasó sin una sola conversación amable.

Y es que encima puntuaba de una formaaaaaaaaaaa. No ponía puntos a las preguntas sino lo leia globalmente y ponía la puntuación que le parecía. Menos mal que yo siempre sacaba la más alta. Él me dice ahora que era una alumana repelente. Y yo estoy totalmente convencida de que era verdad.
Terminé los estudios. Y José, mi profesor de psicologia me llamó para trabajar con él. Y vaya que casualidad. La entrevista me la tenía que hacer mi queridisímo profesor Antonio. Porque compartian un centro integral, donde había médicos, logopedía y psicología.
Recuerdo como si fuera ayer el día de la entrevista. Iba como un flan. Y encima Antonio, jo que mala suerte. Me hacía mucha falta el trabajo.
Fue mucho más fácil de lo que pensaba.
Me explicó como funcionaba todo y cuando podía empezar.
Creo que nunca fui más feliz en ningún trabajo que allí. José, mi ex profesor y psicologo, una bella persona a la que adoro, Lolita, que ahora es compañia mía en el cole ( vueltas que da la vida) y Mari Carmen. Un equipo que me hizo sentir...como en casa.
No se como me aguantaban. A José alguna vez que otra le deje un paciente esperando en la sala de espera y no le avisé, y más de una y más de dos, le ponía un paciente a la misma hora que otro.


Pero llegaba al trabajo con ganas, con ánimos y con la sensación de ser querida y valorada.
Cuando iban llegando, me iban dando un beso, como en las familias.
Irme fue una decisión dura. Pero casi me echaron, porque querían algo mejor para mí.
Y me apoyaron en esa partida.
En ese tiempo Antonio y yo nos conocimos y desarrollamos una complicidad que me atrevo a decir que no tengo con muchas personas en este mundo. Es mi amigo, mi médico y mi complíce. Y el sabe cuanto le quiero. Pero por si no lo sabe, se lo vuelvo a decir.
Muchísimo.
Es una de esas personas que está ahí. Puedo pasar tiempo sin verle, pero en la distancia, siempre está cerca.
Un tiempo hice de su enfermera. E íbamos por los colegios haciendo reconocimentos médicos a los niños. Un trabajo que recuerdo con mucho cariño.
Y hoyllegar a su consulta, con la tensión por los suelos, desamayándome por los rincones del mundo, he salido con una sonrisa. Y un montón de recetas en el bolso eso sí. Pero con la sensación mágica que hay solución para todo. Mi madre dice que Antonio es mago y que manda medicinas raras, pero que lo peor de todo es que funcionan. Yo estoy de acuerdo, algo de mágico tiene...

Pero siempre ir a verlo es un placer...no os podeís imaginar lo que nos reímos en tiempo que trabajabamos juntos.
Yo también te hecho de menos. Os hecho de menos...


Estos mini pastelillos son tartas sacher ( podeís ver la receta buscándola en el buscador) decoradas con fondant.

A ver si son capaces de comérselas..
¡¡¡¡CURSOS DE DECORACIÓN DE TARTAS CON FONDANT EN MALAGA TODAS LAS SEMANAS¡¡¡¡