Dulce de leche casero

Ahora sé lo que sienten las personas que van a esos programas de la televisión donde te reencuentras con personas queridas.
Que emocionante es...
Los que leísteis la entrada anterior, os quedasteís en la metedura de pata.
Ahora os voy a contar como se resolvió (creo)...
Cuando no reconocí a mi amigo ( no porque estuviese viejo eh.... anda que no se nota que ahora me lee jajaja), me sentí muy mal. Pero muy mal. Lo que me hizo valorar lo importante que era para mí, aún con el paso del tiempo.
Así que le escribí un correo. El me llamó al instante y quedamos en vernos por la tarde.
Juan Carlos no ha cambiado nada. Sigue siendo el mismo niño de ojos negros que podía hacerte reír y perder la paciencia 100 veces en un minuto.
Me dijo cosas muy bonitas... algunas no puedo ponerlas aquí por pura intimidad, pero si que hay una, que sin su permiso voy a contar.
Antes de irme, porque yo era la veraneante y él el que vivía allí todo el año, sabía que ese sería nuestro último verano. Yo tenía 19 años. Y él 15. Éramos una pareja de amigos algo atípica. Mi madre me decía que siempre lo recuerda en la puerta de mi casa, sin la toalla para ir a la playa. La arena era su toalla natural. Aunque yo recuerdo que cualquier toalla de cualquier amigo era la suya.
Pasábamos el día juntos. Yo intentaba darle consejos, para que se acercará a la niña que le gustaba. Pero él que era de pensamiento y acción conjunta, nunca me hacía caso. Me miraba con esos ojillos negros y me hacía callar al instante.
Tenía que estudiar,y todos los días a las cuatro de la tarde venía a vigilarme... se entretenía en mi terraza, mirando mis libros de latín y el mar. Jugueteando con las plantas de las macetas y mis libros de lectura.
Como iba diciendo el último día, le di un sobre cerrado. Con la orden de no abrirlo hasta que me hubiese marchado.Ayer me decía que fue tonto y me hizo caso...aunque yo no pudiera verlo no abrió el sobre.
En el sobre había un cuento. Un cuento sobre él. Cómo era y lo que me había aportado en mi vida ( se lo sabía de memoria...)
Una de las cosas más bonita que me han dicho nunca, me la dijo ayer Juan Carlos. Qué había llegado a ser lo que es por ese cuento. Que le había marcado verse reflejado allí,y pudo potenciar lo bueno que yo había visto en él, desde el cuento hasta ahora.

Sigue siendo el mismo niño. Encerrado en un cuerpo de ...algunos años más..( no voy a decir cuantos tiene porque sería como poner la mía jajaja).

Me encantó el paseo...me encantó la cena... pero lo que más me encantó fue volver al mismo sitio. A la plaza donde jugabamos al baloncesto y donde yo solía partirme de vez en cuando la muñeca con la bici.
Me encantó él poder ser yo misma con alguien, dejando la niña que llevo dentro en los brazos de la mujer adulta que soy.
Me encantó verlo, abrazarlo y sentirlo cerca...
Pero lo que más me gustó, él sabe lo que más me gustó...

Te quiero,Juan Carlillos...(alá que se entere todo el mundo... a ver si una vez me perdonas...)
Mariló.

Receta:
1 litro de leche
Una cucharada de esencia de vainilla
Una pizca de bizcarbonato.
125 gramos de azúcar moreno
200 de azúcar blanca (normal)

Yo lo he tenido 50 minutos a velocidad 5 temperatura varoma.

Los que no teneís thermomix poner a cocer más o menos lo mismo hasta que espese...